La lucha, la entrega y creer en uno mismo hacen posible lo imposible.

Se me acaban las vacaciones, pero a pesar de estar algo triste por la vuelta a la monotonía, por alejarme de la familia y de muchos amigos, triste porque amo León y a sus gentes, sus monumentos, su historia, sus tapas, amo el pueblo, sus amaneceres, sus atardeceres y sus noches estrelladas en las que sólo mirando al cielo durante un minuto podrás fácilmente divisar alguna estrella fugaz y pedir un deseo. Sin duda me he llevado muchas cosas buenas tanto en estas como en otras vacaciones en el pueblo.

Amanecer en Villamuñio (By Anita)

En este tiempo también es cierto que me alejo un poco de mi nutri-circulo. En ese nutri-circulo en el que muchas veces me encuentro, la comida es el centro de todo. Se analiza sin ningún pudor la compra de los demás, y cuando ves una persona obesa comprando comida procesada, se piensa: así les va. Cuando realmente si nos fijamos en los carros de compra de la gente, hoy día casi todo el mundo compra procesados, delgados o menos delgados.

Atardecer Villamuñio (By Mónica)

Pues en estos días de vacaciones me ha dado tiempo a discutir de estos temas por ejemplo con Mar, la novia de mi primo, que me ha transmitido que la mayoría de los nutris son/somos unos obsesionados y raro es el que no tiene un claro trastorno del comportamiento alimentario (yo lo ponía en duda). Lo que es claramente cierto es que fuera del nutri-mundo no todo es nutrición, y en muchas ocasiones la idea del nutricionista, es la de una persona que no tiene otra cosa que hacer que restringir o prohibir alimentos. Es como el censor de las películas en las épocas de la dictadura franquista.

Cómo siempre, y aun estando de vacaciones, intento sacar algo de tiempo para seguir aprendiendo de buen@s divulgadores en redes sociales, incluido gente que no siempre piensa como yo. Lo digo, porque yo, actualmente, me encuentro en una postura del: infórmate y decide, pero eso algunas veces no es tan fácil. Por ejemplo, en este punto me gustó mucho un hilo en twitter de Maribel Valiente, en el que hablaba que es muy cómodo defender la libre elección cuando provenimos de clases sociales medias-altas.´

Noche en Villamuñio (By Anita). 

El concepto de población que tenemos está claramente influido por nuestras vivencias. Luego pensamos que como divulgamos dando un mensaje, y seguramente nos dan algunos likes, o nos retuitean, pues nuestro mensaje llega a todo el mundo. Pero aunque no lo creas, hay parte del mundo que no tiene twitter, que no lee blogs de nutrición y que no tiene ni idea de qué es el sobrediagnóstico, la medicalización y todo ese lio de palabros. Suficiente tienen con vivir, o mejor dicho sobrevivir y en muchos casos sostener a sus familias con puestos de trabajo y salarios hiper-precarios.

¿Creéis que esta gente puede comprender los diferentes mensajes de: el azúcar es veneno, mil y un nombres diferentes del azúcar, el mensaje de que las grasas de palma y coco son tóxicas, el mensaje de: en el alcohol no hay un mínimo seguro, el mensaje de: hay que hacer un mínimo de 10.000 pasos al día, y que nunca nos olvidemos de los ejercicios de fuerza? ¿Enserio? Yo cada día me siento más alejado de los nutricionistas que siguen dando este mismo mensaje que se me ha vuelto tan cansino.

Anochecer en Villamuñio

Pues puede, que esta forma en la que se está divulgando, acabe como sigue escribiendo Maribel: “la distancia de los profesionales de la salud con la realidad es abismal”. “¿Bajaremos algún día al suelo, o por el contrario seguiremos ejerciendo desde nuestra torre de marfil?”.

Y tengamos en cuenta que nuestro país se encuentra entre los países de la OCDE con menor movilidad social. ¿Qué significa esto? Que en la mayoría de las ocasiones los ricos tienen hijos ricos, y los pobres hijos pobres, incluso como apunta Juan Gérvas la clase socioeconómica se relaciona con el apellido de los tatarabuelos.

Girasoles en la puesta de sol

Es llamativo el que un colegio se encuentre situado en un barrio rico o en uno pobre vaya a determinar las notas medias de los alumnos en selectividad, pero es así enlace.

Y no es fácil “cambiar” de clase social, ni aún siquiera si te encuentras una perla (La perla) de incalculable valor. Podéis leer esto por vosotros mismos en el libro del mismo nombre del autor John Steinbeck.

Cómo sigue diciendo Gérvas debemos preguntarnos si no es cierto que nuestro saber profesional está cargado de ideología. “¿De verdad creemos que nuestras técnicas y nuestros conocimientos son neutrales?”

La salud pública y no sólo enfocar mi vista en nutrición es lo que ha hecho que mi forma de divulgar cambie, aunque esto haya tenido un coste. Lógicamente si publicitas que la figura del dietista-nutricionista es la pieza clave para mejorar la salud de las personas y para dejar de tener una sanidad desnutrida, tendrás el apoyo de la mayoría del colectivo.

Sí por el contrario tu mensaje trata de ver los problemas de salud de las personas, más como un global en que la nutrición es sólo un factor más entre una marea de estos. Factor, este de la nutrición, que claramente está condicionado y determinado por muchos otros… pues, la cosa cambia.

Villamuñio (By Mónica)

 Si escribo que independientemente de si en España haya o no haya dietistas-nutricionistas en la mayoría de hospitales y en centros de atención primaria, en los países que los hay, en todos, la epidemia de obesidad sigue creciendo. Si escribo que, aunque el consumo de azúcar se está reduciendo en numerosos países, a pesar de ello la ya pandemia de obesidad y sus co-morbilidades no paran de aumentar. Si escribo que el vino tinto no es sólo alcohol y que el zumo de naranja no es sólo azúcar…

 Si escribo cosas que hacen dudar, replantear y re-organizar el cerebro con nuevas ideas, muchos huyen.

Reconozcámoslo: no todo el mundo quiere la pastilla roja, conocer Matrix y saber hasta dónde llega la madriguera. Muchos prefieren la pastilla azul, prefieren la comodidad del bueno y el malo.

 Y del mensaje simplista, surgen las correlaciones y cómo el azúcar es mala, todo lo que se parezca al azúcar o contenga azucares sean éstos del tipo que sean, pues es malo. Cómo las grasas saturadas son malas, el coco, que tiene muchas grasas saturadas es malo, malísimo. Y empezamos a dicotomizar, a simplificarlo todo, cuando la cosa no es tan fácil.

Villamuñio 

Y bueno, luego muchas veces, como te salgas del “trending”, del muchas veces mensaje simplista dicotómico, no esperes la aprobación y la difusión de muchos de los influencers, que junto con su grupito, [rodeados de otros influencers mejor (que la unión hace la fuerza)] hacen fuerza para ellos y para sus intereses.

 Y no nos olvidemos de muchos de los que empiezan, los “nuevos” que tratan de pelotear para llegar a ser como ellos, haciendo lo mismo que ellos y dando su mismo mensaje, los citan, los etiquetan, los idolatran, y todo con un respeto tremendo a la “autoridad”, digan los influencers lo que digan, hagan lo que hagan, si ataco a esta persona que no es de los míos, me leen mis cachorros y que la “linchen”, y eso sí, son máquinas de la oratoria, y llegan muy bien a la gente dando un mensaje mucho menos ambiguo de los que damos otros, que seguramente queremos ir más allá, y ver si realmente las diferentes recomendaciones de nutrición y salud pública que nos están dando, tienen una base fiable en la que sustentarse.

Desde luego, y en mi opinión, con todo este mensaje dicotómico, lo que se ha producido es una división. Parecida de la ocurrida en Catalunya en la que es difícil mantenerse en un punto medio o quedarse al margen. O eres españolista o eres independentista. Aquí o eres un nutri-taliban anti azúcar/embutidos/soja/vino/leche/gluten/carnes/hidratos/cerveza/grasas/etc o odias a los nutricionistas. Cualquier punto intermedio conduce al aislamiento.

Y me gustaría hacer una propuesta a muchos de los nutris que dan ese mensaje, sobre todo el que más se repite, el del azúcar=veneno.

A mi, y a muchos de mis colegas, siempre nos ha gustado probar todas las dietas con las que trabajamos o conocemos, y ver qué tal nos sientan. Los que me conocen saben que hubo un tiempo en que probé de todo, una frugívora, una paleo, “balanceada” (55-15-30), bajas en hidratos, cetogénica, seguí un año una dieta “pescetariana”. Incluso hace ya algunos años, y durante 15 días en Estados Unidos probé la “dieta” del McDonald. No teníamos mucha pasta, y allí con 6 euros al día, tienes para comer 3 hamburguesas y 3 ensaladas. No comía nada más. Y fue curioso cómo uno de mis compañero de viaje Juanki, que se nutría de la misma comida, pero lo acompañaba de un suplemento de bolsas (muchas) de palomitas, que no tenían siquiera maíz, pero que no podía dejar de comer, engordó 5 kilos en poco más de 2 semanas y yo, a base de McDonald’s adelgacé cuatro, con la misma actividad física.

Tras doce días de Mc'Donalds con mi amigo Juanki

Y dietista, dietista-nutricionista, a ti que te gusta probar todas las dietas, ¿has probado en seguir una dieta alta en azúcar? Sí sí, no estoy incitando al suicidio. De hecho, conozco DN que han querido sentir qué se siente al ser obeso (quizás la novia de mi primo, Mar este en lo cierto en que todos los nutris tenemos un grado de trastorno de comportamiento alimentario, o quizás no), y han estado siguiendo una dieta hipercalórica durante una larga temporada, lo que considero muchísimo más peligroso que simplemente tomar 100 gramos de azúcar al día, de hecho en una pasado se utilizaban dietas altas en azúcar incluso para la pérdida de peso y de forma exitosa enlace. Incluso se ha utilizado para reducir el set point enlace, y que fuese más fácil el mantenimiento de dicho peso perdido.

Y ¿qué pasa cuando tomas más de 25 gramos de azúcar, que es lo que recomienda la todopedorosa OMS? Pues si estás sano, nada, nada en absoluto. Sí lógicamente además de ese azúcar, sigues una dieta occidental hipercalórica, sufres de estrés crónico, duermes fatal, fumas, vives amargado por tu jefe/a y tu pareja y practicas el deporte más utilizado, el sedentarismo, pues ya sabes lo que te espera, estar jodido y aparentar tener 10 más de los que en realidad tienes. Es lo que hay.

Pero de verdad creéis que tomando un par de vasos de horchata en verano al día, incluso tres, o dos o tres vasos de mosto de uva (unos 100 gramos de azucares) te estás condenando a la diabetes y al infierno nutricional. Pues si crees eso, empieza a estudiar antropología, historia de la alimentación, repasa biología y bioquímica básica, que, como todo el mundo (yo el primero), nos queda mucho que aprender. Y si quieres, antes de todas esas cosas, simplemente experimenta contigo mismo.

Resultados tras la Rice Diet con ingesta libre de azúcar y zumos

Los que me conocen saben que mi dieta ha sido muy estricta en algunas ocasiones. El azúcar, las carnes, todo tipo de producto procesado… ni los olía. Y os confieso, incluso, al final, de tanto restringir, coges miedo a algunos alimentos. El discurso del bueno y malo cala en tu cerebro, y eso te determina. Esos miedos de hecho marcan tu conducta y lógicamente tu alimentación.

No ha sido fácil, pero progresivamente me he ido deshaciendo de ellos. Ahora no tengo ningún problema tras un día bochorno y caluroso propio del sur levantino y después de andar y sudar lo que sudo en mi curro, de entrar al bar de Edu y tomarme un granizado de limón, en pedirme de vez en cuando una tarrina de helado, o en tomarme una catalana (bocadillo tostadito típico de pan con tomate, aceite de oliva, y jamón serrano).

Cada uno hace lo que mejor hace, y yo por ejemplo no soy chef, ni me veréis mucho en Instagram poniendo fotos a diario de super platos nutricionalmente “perfectos”, y luego escondiendo cuando de vez en cuando soy malote/a y me meto “cheat meals guarrindongos”. No es lo mío, nunca lo he hecho y creo que no lo haré. Aunque cada uno es libre de divulgar como mejor le plazca y considere.

Finca de Maudes

Y sí, sigo disfrutando de la comida simple, sin adornos, de las lentejas, de los purés de calabaza y zanahoria con un chorrito de aceite de oliva virgen, de una buena ensalada murciana, o un gazpacho, del queso de Valdeón, y de los de Matallana, Saelices, Toral de los Guzmanes o Saechores, quesos de leche cruda de oveja, que están que parten. Y cuando vengo a León, sigo deleitándome con la cecina, con el verdejo, el chorizo Ezequiel picante, las tapas de oreja, de callos o de pimientos de Padrón, con el pan bregado, con los tomates de “verdad” y las ciruelas de Benicio, de los yogures de la leche de las vacas de Mauro y de los huevos de las gallinas del vecino.

¿De verdad pensamos que no podemos estar sanos comiendo de vez en cuando, helado, zumo de naranja, pizza, un vaso de vino tinto o una croqueta? ¿De verdad? ¿Pero qué comíais vosotros cuando erais pequeños? Porque yo comía como un animal, galletas a mansalva en puré con la leche calentita, cola cao más azúcar, bocatas de mantequilla con azúcar, o mantequilla con cola-cao, leche frita, y eso sí, estaba siempre en la calle jugando al futbol, al escondite y a las canicas, y nunca he tenido mejor salud. Desde luego con esa actividad física de estar 3 o 4 horas haciendo deporte, ni mis amigos de aquel entonces ni yo teníamos apenas un “gramo” de grasa corporal. Y dormíamos 7-8 horas del tirón y sin inmutarnos. El único estrés que teníamos era el de encontrar suficientes amigos para jugar un partido.

Bueno, de nuevo me ha pasado. Quería hablaros de como la lucha, la entrega y creer en uno mismo hacen posible lo imposible, quería hablaros de las cosas también duras y difíciles que tiene la vida, de cómo es mejor vivir al máximo cada segundo, disfrutar de nuestras pasiones ahora cuando podemos, pero…ya llevo más de 2.000 palabras y no quiero hacer esto interminable.

Eso sí, antes de despedirme os desvelaré mis dos siguientes post, el primero, y espero que bastante corto, sobre el héroe de pelota de este año del pueblo. Creo que pocos en la vida han podido ver un partido tan emocionante de pelota a mano como el que vivimos en la final de este año en Villamuñio. Épico y heroico son las palabras que mejor definen ese suceso. Y ya cuando esté más tranquilo, me gustaría escribir sobre…bueno no os lo digo, que hay que guardarse sorpresas para el siguiente post. ¡Hasta pronto!