Nutrianarquia vuelve al blog tras
su post del vino. Ha pasado más de un mes, y no han cambiado muchas cosas. Estuve
20 días de vacaciones, lo que me permitió hacer casi un post diario en
Instagram, leer un par de libros, y seguir con un proyecto poco científico,
pero en el que me río un montón y me lo paso muy bien. Este proyecto que
comparto con Gus, se llama Anarkomida y creo que seguiremos en él hasta que
dejemos de reírnos, y esperemos que no sea pronto.
La verdad es disfruto mucho más
haciendo este tipo de programas que cuando me hacen entrevistas serias, pero
bueno, creo que hay tiempo para todo, y que siempre que quieran contar conmigo y
disponga de tiempo para cualquier entrevista, me encontrarán. Hay tiempo para reír
y tiempo para aprender. Así que gracias a Carlos de Fitman Power por contar conmigo
y a Carlos Otero de Fittarados por proponerme una futura entrevista.
En este tiempo he seguido las
redes, como siempre, y ahora más con Anarkomida, y me han dado ideas para
nuevos posts. No estamos hablando de post de ira, que ahora irán más en mi
cuenta de Instagram, sino de post más currados que no se escriben en un
calentón de 5 minutos por alguna parida que escriba algún influencer en Twitter,
sino que exigen algunos días de investigación.
Y me gustaría profundizar en el
tema de la detoxificación, y escribir un post sobre el zumo de naranja. Sin
haber profundizado excesivamente sobre estos dos temas, creo que el zumo de naranja exprimido
no es un problema de salud pública, como así lo ven algunos, y que, sobre todo,
algunas plantas si podrían ayudar en ese proceso de detoxificación. Pero es un
tema complejo, en el que necesitaré tiempo para profundizar y desarrollarlo. Creo
que es muy simple decir: podemos comer lo que queramos que para eso tenemos al
hígado y a los riñones que hacen esa función.
Paridas de Influencers |
Y lo de que el zumo es igual o peor
que la fanta o la coca cola, tiene tela. Desde luego que sabiendo que el
consumo de bollería, bebidas edulcoradas, energizantes, carnes procesadas y
comida basura que se da en la actualizad, centrarnos en satanizar al zumo
natural de naranja, o a alimentos como el jamón de bellota (con un consumo pírrico
entre la población de clase media y nulo en clase baja), la miel, de la que ya
hablé en un post de dietética sin patrocinadores link y al vino (del cual escribí
recientemente).Link Link
La miel, el zumo de naranja, el jamón y el vino como los 4 Jinetes del Apocalipsis. RADICALISMO NUTRICIONAL |
De mis temas preferidos en
nutrición, y de los que más he escrito en este blog son la diabetes y las
enfermedades autoinmunes. Hoy volveremos al tema de la diabetes con una
traducción de un paper recién publicado sobre prevención y diferentes tipos de
dieta.
Aunque quizás en un principio, lo
más lógico para la prevención y el tratamiento de una enfermedad que cursa con
intolerancia a la glucosa e hiperglucemia sea reducir los carbohidratos, eso es
un parche y no es ir a la causa del problema, del cual ya hemos hablando en
muchas ocasiones en los distintos post que he escrito en este blog sobre el
tema. Está claro que un enfoque de dieta saludable baja en hidratos de carbono puede
ser un buen abordaje tanto para la prevención como para el tratamiento de la
diabetes, aunque hay otros, como veremos, igualmente válidos.
¿Todavía crees que sólo hay una dieta equilibrada?¿Te has tragado lo de los macros? |
Porque cualquier dieta
saludable, independientemente de sus macros, va a ayudar a mejorar tu salud,
aunque los que me seguís desde hace tiempo, seguro que pensáis que la dieta es
solo un punto para mejorar la salud, y si mejoramos ésta, pero seguimos
sellados al sofá, viendo tele todo el día en lugar de saliendo a dar un paseo y
a exponernos al sol en estas fechas invernales, si seguimos aburridos con
pensamientos negativos en lugar de teniendo proyectos de futuro, si seguimos solos
en casa en lugar de riéndonos con nuestra pareja, familia o amigos, si seguimos
desmotivados en un trabajo que odiamos en lugar de buscar un futuro que nos atraiga,
poco mejorará nuestra salud.
Bueno al lío: La autora del paper
es Maria Ida Maiorino, endocrinóloga y doctora en metabolismo en la Universidad
de Nápoles. No cuento con su consentimiento para hacer la traducción, así que no
seais mala gente y no denunciarme, que suficiente tiene NutriAnarquía con las amenazas
de Il Gran Capo.
El paper se titula: Puede la dieta prevenir la diabetes.
Creo que es sencillo de entender para cualquier persona con una base mínima en
ciencia, espero que os guste y cualquier cosa en la que no estéis de acuerdo,
os invito a escribirla abajo en la sección de comentarios. Empezamos
1. Introducción
Cuatrocientos quince millones de
adultos en todo el mundo vivían con diabetes en 2015 (prevalencia global del
8,8%), y se estima que estos datos aumentarán a más de 642 millones para 2040
(1). Hace poco más de diez años (Atlas de Diabetes, tercera edición, 2006), las
misma federación internacional de diabetes, los autores del Atlas, proyectaron el número de personas con diabetes a 380 millones para
2025, un número que ya tristemente ha sido superado en la actualidad.
Desgraciadamente las previsiones se van quedando cortas |
Realmente, la diabetes parece una
epidemia fuera de control. Estas cifras también cuentan con el apoyo del
informe de colaboración de factores de riesgo de enfermedades no transmisibles
(NCD, por sus siglas en inglés) de 2014, que estimó que 422 millones de
personas en todo el mundo vivían con diabetes, lo que indica que la epidemia se
ha multiplicado por 4 en los últimos 35 años (2).
La lista de los principales factores de riesgo
para enfermedades no transmisibles incluye múltiples componentes de la dieta, y
las malas dietas constituyen el principal impulsor de la carga mundial de enfermedades
(3). Por el contrario, las intervenciones nutricionales centradas en los
cambios en el estilo de vida dirigidas a reducir la pérdida de peso son
efectivas para evitar la progresión hacia la diabetes tipo 2 en personas con
alto riesgo de desarrollar diabetes (4-7).
La Asociación Americana de
Diabetes (ADA) no recomienda ninguna dieta en particular para prevenir la
diabetes tipo 2 (4): sin embargo, una variedad de patrones de alimentación han
demostrado ser modestamente eficaces en el control de la diabetes, incluido el
estilo mediterráneo, el estilo de los Enfoques Dietéticos para Detener la
Hipertensión (DASH, por sus siglas en inglés), los patrones basados en
plantas (veganos o vegetarianos), dietas bajas en grasa y bajas en carbohidratos (8).
Incluso una dieta baja en grasas puede ser saludable, aunque si cambiamos margarina por aceite de oliva virgen, lo será aún más. |
En este paper, intentaremos
analizar el efecto de las dietas saludables en la incidencia de la diabetes
tipo 2.
¿Qué es una dieta saludable?
Una dieta saludable debe
incluir los muchos componentes que se consideran beneficiosos para el riesgo
cardio-metabólico, incluidos todos los tipos específicos de grasas,
carbohidratos y proteínas. Las dietas asociadas con la prevención de la diabetes
tipo 2 suelen compartir componentes comunes, que incluyen una mayor ingesta de verduras,
frutas, frutos secos, cereales integrales, legumbres, aceites y proteínas
saludables y un consumo reducido de carnes procesadas y bebidas azucaradas.
Por ejemplo, si nos referimos a
las características distintivas de la dieta mediterránea, podríamos hablar del
gran consumo de alimentos de origen vegetal, con el aceite de oliva como
principal fuente de grasa y un consumo de bajo a moderado de vino en las
comidas (9). La dieta DASH es una dieta baja en sodio, mientras que una dieta “prudente”
se refiere a un patrón alimentario alto en frutas, verduras, pollo, pescado,
granos enteros y legumbres, y reducido en consumo de carnes rojas, harinas
refinadas y refrescos azucarados (8).
Como los patrones dietéticos
saludables representan la suma de muchos componentes saludables, no es
sorprendente que la mayoría, si no todos, de estos componentes individuales,
incluidos los alimentos derivados de plantas, mínimamente procesados (frutas,
verduras sin almidón, legumbres, nueces y semillas) , están constantemente vinculados
a la reducción de la incidencia de diabetes en estudios prospectivos (10).
Sí, la dieta mediterránea tiene vino, aunque le exploten los ojos a algunos. |
3. Todas las dietas saludables previenen la diabetes tipo 2
Hasta ahora, la evidencia
acumulada de que la dieta per se puede prevenir la diabetes proviene
principalmente de estudios prospectivos de cohortes a largo plazo (hasta 23
años), aunque solo se dispone de un ensayo aleatorizado (11). En el estudio
Prevención con Dieta Mediterránea (PREDIMED), un gran ensayo de intervención
nutricional para la prevención cardiovascular primaria en personas con alto riesgo
cardiovascular, 418 sujetos no diabéticos fueron asignados al azar a una supuesta
dieta baja en grasas o a una de las dos dietas mediterráneas, complementadas
con o bien aceite de oliva virgen libre o frutos secos (11). Tras un seguimiento
de 4 años, la incidencia de diabetes se redujo en un 52% en los sujetos
asignados a la dieta mediterránea, en comparación con el grupo control (11).
Los patrones dietéticos
saludables, independientemente de su nombre o siglas, se asocian con una
incidencia reducida de diabetes tipo 2. El grafico que podéis ver a
continuación resume los resultados de seis metanálisis (12-17) de estudios
prospectivos que muestran una reducción significativa, que va del 15% al 33%,
de la incidencia de diabetes con una mayor adherencia a dietas saludables. Esta
asociación parece ser independiente de una variedad de factores de confusión, incluso
ajustando por el estado peso (sobrepeso, obesidad) de los pacientes en el
momento de la inscripción al estudio.
Diferentes tipos de dietas saludables previenen igualmente la aparición de diabetes |
El efecto preventivo sobre la diabetes es similar en las dietas saludables.
Parece que no hay
diferencias significativas entre las magnitudes del efecto de diferentes tipos
de patrones de alimentación saludables en la incidencia de la diabetes. En
particular, la dieta mediterránea tiene la evidencia más abundante proveniente
de 10 estudios prospectivos con 19,663 casos y una reducción del riesgo del 23%
(14), mientras que la dieta DASH (Enfoque dietético para reducir la
hipertensión) presenta una evidencia más limitada con 3 estudios de cohortes,
3415 casos y una reducción del riesgo del 27% (13).
Las dietas saludables funcionan en
cualquier latitud.
Estas dietas funcionan en
todo el mundo. Su efecto en la reducción del riesgo de diabetes fue similar para
los estudios prospectivos que incluyeron EE. UU. (24% de riesgo reducido, 7
cohortes con 10047 casos), Europa (25% de riesgo reducido, 5 cohortes con 4097
casos), Asia (16% de riesgo reducido, 7 cohortes con 6166 casos) y Australia
(17% de riesgo reducido, 1 cohorte con 365 casos) (13). La dieta mediterránea
se evaluó específicamente en dos meta-análisis (13, 16) y produjo una reducción
media del 20% en la incidencia de diabetes.
Los sujetos de alto
riesgo son los que más benefician
Las dietas saludables
parecen funcionar mejor en sujetos de alto riesgo. En los participantes con
mayor riesgo de desarrollar diabetes (diabetes gestacional previa, infarto de
miocardio previo, pacientes con factores de riesgo cardiovascular), la
adherencia a una dieta mediterránea se asoció inversamente con el desarrollo de
la diabetes (35% de riesgo reducido, 3 cohortes), en comparación con el 17% de
reducción de riesgo de participantes aparentemente sanos (7 cohortes) (13).
Estas cifras también fueron similares cuando se compararon patrones dietéticos
saludables (31% frente a 14%).
Los resultados de Women´s
Health Initiative (18), que evaluaron a 101,504 mujeres posmenopáusicas
estadounidenses seguidas durante aproximadamente 15 años con 10.815 nuevos
casos de diabetes tipo 2, concuerdan con los datos presentados en los meta-análisis.
Las personas con mayor puntuación en adherencia a los patrones de alimentación
saludable tuvieron un riesgo significativamente menor de diabetes tipo 2 en
comparación con las personas con una menor puntuación, o una peor dieta.
Se ha observado un menor riesgo
de diabetes del 15% utilizando el índice de adherencia a dieta mediterránea, un
17% con el índice de alimentación saludable, el 22% con el índice de
alimentación saludable alternativa y el 26% con el índice de adherencia a la
dieta DASH. Estos porcentajes de reducción se encuentran dentro de los
intervalos de confianza del 95% del tamaño del efecto combinado de los patrones
dietéticos saludables en la incidencia de diabetes (reducción del 14% al 26%).
También se observó un menor
riesgo de desarrollar diabetes en los participantes del Adventist Health Study-2
(19), 15,200 hombres y 26,187 mujeres en todos los EE. UU. y Canadá, con 616
casos diagnosticados con diabetes y donde la reducción del riesgo varió de 62%
en veganos, un 32% en ovolactovegetarianos y un 51% en dietas semi-vegetarianas
(flexitarianas).
También los vegetarianos y veganos pueden reducir su riesgo de diabetes |
Conclusión
A la luz de la gran cantidad de
factores cardio-metabólicos que pueden mejorarse mediante los hábitos
alimentarios, podemos considerar a la dieta como un medio confiable para reucir
la incidencia de diabetes futura. El patrón dietético óptimo para reducir el
riesgo cardiovascular podría ser uno que enfatice el consumo de frutas y
verduras, cereales integrales, legumbres, frutos secos, pescado, aves de corral
y un consumo moderado de productos lácteos y grasas saludables para el corazón
(20). Además, en lo que se refiere a la muerte atribuible a determinados
factores de riesgo conductuales y dietéticos, las dietas bajas en frutas ocupan
el tercer lugar (entre 13), mientras que las dietas bajas en frutos secos y
semillas, bajas en vegetales, bajas en cereales integrales y bajas en pescado ocupan
el lugar 9, 11, 12 y 13, en la clasificación, respectivamente (21).
La OMS propone enfoques
multisectoriales basados en la población para ayudar a reducir los factores
de riesgo para la diabetes en la población general
(http://www.who.int/diabetes/global-report/en/).
La regulación del sistema
alimentario (políticas comerciales, comerciales y subvenciones agrícolas)
también es importante para promover una alimentación más saludable.
Las dietas saludables para combatir la
diabetes funcionan en cualquier latitud, en diferentes grupos raciales y etnias,
en la población con mayor riesgo de diabetes, así como en la población general.
La diabetes no es cosa sólo de nutricionistas, es un problema grave de salud publica que no mejorará sin la unión de todos. |
Por último y no por ello menos
importante, la promoción de una alimentación saludable debe comenzar a una edad
temprana e implicar a los mayores estratos sociales de la población.
Bibliografía
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