sábado, 4 de enero de 2014

Fibra



La fibra vegetal es la parte no absorbible ni digerible de muchos alimentos de origen vegetal. Está constituida por diversas sustancias de composición química diversa, aunque la mayor parte de ella son polisacáridos. También se le denomina fibra alimentaria o fibra dietética.
     A pesar de que se podría considerar un componente de escasa utilidad, ya que es eliminado por las heces, a partir de las últimas décadas, numerosos estudios han ido mostrando propiedades beneficiosas de su uso continuado, habiendose relacionado una baja ingesta de fibra con algunas enfermedades.
La estructura química de los distintos componentes de la fibra es compleja, aunque excepto la lignina, todos ellos pueden considerarse polisacáridos, siendo sus moléculas básicas fructosa, glucosa, hexosas y pentosas.

Gomas y mucílagos
Se trata de policaridos hidrosolubles que proceden de muy diversos alimentos. Los alguinatos, el agar y las carrageninas son polisacáridos que se hallan en algunas algas marinas, y tienen la propiedad de formar gelatinas, por lo que también pueden ser usados como espesantes. La goma-guar es un hidrato de carbono complejo, extraido de una leguminosa, y que quimicamente es un galactomanano. Aumenta la viscosidad de los preparados a los cuales se añade, y forma geles lo que lo hace un agente especialmente util para la retención de agua.
Celulosa
Es un polímero de la glucosa, y no puede ser desdoblada por la amilasa. La celulosa sí se digiere en el tubo digestivo de animales herbivoros, gracias al enzima celulasa, enzima carente en el intestino humano. La celulosa recubre a los cereales, y se encuentra también en algunas verduras como la alcachofa, judías verdes y espinacas.
Hemicelulosas
Son diversos polisacaridos que se encuentran en muchos vegetales y que al igual que la celulosa, les dan estructura. Están formados quimicamente por la unión de distintos oligosacáridos, tales como pentosas (manosa, xilosa) o hexosas (galacturónico). Se encuentran en los mismos alimentos que la celulosa, pero aunque no se absorben en el intestino delgado, gracias a la acción de la flora microbiana se transforman parcialmente en energía. 
Pectinas
Se hallan en los tejidos blandos de las frutas. Están formadas por la unión de ácido galacturónico con diversas azucares. Al igual que los demás componentes de la fibra dietética, no se digieren ni se absorben en el intestino delgado, aunque sí se hidrolizan y se fermentan en el colon, y forman dióxido de carbono y ácidos grasos volátiles. También se liberan pequeñas cantidades de monosacaridos.
Las pectinas tienen la propiedad de formar gelatinas en presencia de calor, azucares y un medio ácido débil. Así se utilizan como espesantes en numerosas conservas.
Ligninas
Forma la estructura de la parte más dura o leñosa de los vegetales, como lechuga, acelga, y de partes de cereales. Es totalmente indigerible y es un polímero de cadena de fenilpropano.
Propiedades
La fibra dietética ejerce su acción en la luz intestinal, donde modifica algunos aspectos:
Así tanto por su capacidad de retener agua, como por su presencia, la fibra aumenta el volumen de contenido o residuo intestinal. Esta propiedad le da cierta utilidad contra el estreñimiento, ya que al aumentar el volumen de las heces, provoca un aumento del peristaltismo, facilitando la evacuación.
Además, los componentes hidrosolubles de la fibra, como la celulosa, la lignina y la hemicelulosa, aumentan la velocidad del transito intestinal. La fibra hidrosoluble en cambio lo retrasan.
Entre las mallas de la fibra vegetal pueden quedar retenidas sustancias, como colesterol y ácidos biliares, con lo que se evitaría en parte el contacto con la mucosa intestinal y se favorecería su excreción.
Recomendaciones
A pesar de que no existen verdaderas necesidades de fibra, si se pueden dar unas recomendaciones a la luz de los estudios epidemiológicos realizados hasta la fecha. Está claro que las sociedades industrializadas que comen principalmente alimentos refinados, y que consumen muy poca fruta y verdura presentan predisposición para las llamadas enfermedades de la civilización, hasta se relaciona una ingesta baja de fibra con la enfermedad cardiovascular. Así algunos autores recomiendan un mínimo de 20 gramos de fibra dietética al día.
Como posibles problemas derivados de su consumo están la mayor dificultad de absorción de determinados minerales (ej. calcio y fitatos), y la contraindicación de ésta en algunas patologías digestivas, tales como las enfermedades inflamatorias intestinales, ya que pueden irritar las mucosas dañadas. También, la fermentación bacteriana de la fibra del colon, con la formación de gases, origina molestias a algunas personas.



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