sábado, 4 de enero de 2014

Minerales



El organismo humano necesita el aporte de diversos elementos químicos como nutrientes esenciales. Se trata de elementos químicos presentes en los alimentos, absorvidos y utilizados por distintos órganos y sistemas como estructurales (magnesio, calcio), o para la formación de hemoglobina (hierro), o bien formando parte de importantes enzimas (zinc).
Los elementos químicos esenciales se denominan también sales minerales, o simplemente minerales, y algunos autores los han dividido en los siguientes subgrupos:
Macronutrientes: elementos existentes en gran cantidad en el organismo y cuyas necsidades son elevadas (ej. Calcio).
Micronutrientes: elementos que existen en pqeueñas cantidades de los que se precisan algunos mg al día. También llamado oligoelementos.
Electrolitos: se llama así al sodio, al cloro y al potasio, ya que habitualmente se encuentran disueltos en agua.
Elementos traza: existen y se precisan en muy pequeñas cantidades.

  El tejido animal más rico en minerales es el hueso, ya que llega a tener un contenido de éstos de alrededor del 20 %, en los restantes tejidos el contenido varia manteniendose entre un 0,5 y un 2,2 %.

 Calcio
 La consecuencia de una ingesta baja en calcio mantenida durante mucho tiempo, lleva a una desmineralización ósea, lo que vuelve frágil al hueso pudiendo generara osteoporosis. En los niños podría comprometer el crecimiento oseo, aunque si es acompañado de deficiencia de vitamina D llevará a raquitismo. La osteoporosis es un problema de salud de importancia yq eu puede afectar a mujeres posmenopaúsicas como a hombres y mujeres mayores de 65 años. La fragilidad osea q conlleva es consecuencia de muchas fracturas que se producen sobre todo en la edad adulta y senectud.
Las causas de la osteoporosis son varias, y entre ellas se destacan el sedentarismo o falta de actividad física, deficits hormonales, y una falta de exposición solar o déficit de vitamina D, así como la ingesta pobre de calcio.
El calcio de los alimentos se absorbe en la parte alta del intestino delgado (duodeno, yeyuno) y el porcentaje de abosrción puede variar en tre el 10-50% del total ingerido, eliminándose el resto por vía biliar. La vitamina D y las proteinas pueden aumentar su absorción, y los oxalatos y fitatos pueden dificultarla debido al a formación de sales.
No resulta fácil precisar el aporte óptimo de calcio recomendado, ya que existe una amplia variabilidad de su absorción, a que existen épocas de la vida en que las necesidades están aumentadas. Así la FAO-OMS propone una ingesta de Calcio aconsejada de no menos de 400 mg para un adulto, pero las necesidades de embarazadas y lactantes llegan a multiplicarse casi por tres, llegando a una ingesta recomendada de 1000-1200 mg/día.

Fósforo
El organismo de un adulto contiene entre 600 y 900 g de fósforo, y la mayor parte de éste se haya junto al calcio, formando parte de la estructura inorgánica de los huesos. En cantidades menores, pero también de vital importancia, el fósforo forma parte de los fosfolípidos, de los ácidos nucleicos, de las fosfoproteinas, y de varios enzimas y de metabolitos intermediarios así como del ATP, una de las principales reservas energéticas del organismo.
Sobre un máximo del 70 % del fósforo que ingerimos con los alimentos se absorbe en la primera porción del intestino delgado, y su exceso es eliminado por vía renal.
Aunque las necesidades diarias no son muy conocidas, se cifran en 800 mg/día, lo que hace que con una alimentación variada este margen sea superado con creces, haciendo innecesario el uso de suplementos, ya que prácticamente son inexistentes los casos de carencias de este mineral.

Magnesio
El magnesio forma parte tanto de la estructura osea como de los tejidos blandos. En total, el organismo adulto contiene unos 25 gramos. Encontramos magnesio por ejemplo dentro de la clorofila, elemento abundante dentro del mundo vegetal. El magnesio se encuentra dentro de las células cumpliendo funciones de activador de varias enzimas, como la coenzima A, cocarboxilasas y la fosfatasa. También interviene en las acciones de la vitamina D y de la paratohormona en el hueso.
La carencia de este mineral no se suele producir en individuos sanos, pero sí en alcohólicos
, observándose fístulas enterocutaneas, reacciones intestinales y de inflamación intestinal. Los síntomas también pueden abarcar, depresión, debilidad muscular, vértigo, etc.
El magnesio se absorbe en el intestino delgado aunque la mayoría suele ser expulsado en las heces y su dosis diaria recomendada abarca un margen de 300 a 350 mg.

Azufre
Bajo la forma de metionina, y cisteina (dos aminoácidos esenciales), las células contienen azufre. El azufre resulta indispensable para la generación de la hormona insulina ya que contiene dos átomos puente de azufre, y también para la heparina que va unida a grupos sulfato. Además de la ingestión de azufre mediante los dos aminoácidos esenciales previamente citados, no se conoce si las pequeñas cantidades de este elemento de forma inorgánica y orgánica que consumimos con la dieta resultan en potenciales beneficios.

Hierro
El cuerpo humano contiene aproximadamente unos 4 gramos de hierro, de las que la mayor parte se hayan en la hemoglobina de los hematíes. Así la deficiencia de hierro produce un descenso de la cifra de hematíes, y esta deficiencia recibe el nombre de anemia ferropénica, siendo la principal carencia nutricional dentro de los países desarrollados.
Diariamente la cantidad aproximada de hierro que se pierde de la orina, y de la descamación de distintos epiteleos, mucosas y faneras es de 1mg, pero esa misma es la cantidad absorbida aproximada a través de la dieta.
Para absorber diariamente 1 mg o 1,5 mg en caso de mujeres en edad fértil, y suponiendo que se lleve una dieta variada y equilibrada con alimentos de origen vegetal y animal, se deben ingerir entre 10 y 18 mg diarios.
La consecuencia de un prolongado bajo consumo es la anemia ferropénica.

Otros minerales importantes son el Flúor, el Yodo, junto con elementos traza tales como el Zinc, Cobalto, Selenio, Cobre, Cromo, Molibdeno, Manganeso y Vanadio.



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