Apología del consenso sobre grasas de la FESNAD.
No soy de la FESNAD y seguro que como casi todos tendrá su
lado oscuro y no lo hará todo perfecto. Pero estuve en su congreso, y estuve
cuando presentaron el consenso sobre grasas, y aunque no dieron turno de
preguntas, un ponente me pareció muy preparado. El tipo se sabía los estudios
sobre grasas de pe a pa. Y lo que escuché en esa exposición del consenso en
gran parte me pareció positiva, un avance en un grupo de científicos, que
quizás unos años atrás estaban enraizados en que las grasas eran malas ya que
tenían 9 kcal, y debían ser sustituidos por los HC, que solo tienen 4. El nombre
del ponente que me sorprendió es Emilio Ros, y seguramente en un pasado creía que
las grasas saturadas eran las causantes de la enfermedad cardiovascular y que su
consumo conllevaba un aumento en la mortalidad. Pero hay que ser humilde para
rectificar y admitir errores. Quizás es duro para muchos profesores que durante
años y años nos han enseñado a los estudiantes de nutrición que la base de una
buena dieta deben ser los almidones, y que las grasas, especialmente las saturadas
son malas malísimas, cambiar el chip, y pensar que todos nos equivocamos, y que
la dietética como bien dijo Marañón hace casi 100 años está asentada sobre
cimientos movedizos.
Pero sí, rectificar es de sabios, y lo de la FESNAD me
pareció más que un paso adelante en la buena dirección, un salto, no
suficiente, pero un salto al frente. Aumentaron el límite de grasas al 40%, y
no se cerraron en el máximo del 10% en las grasas saturadas, reconociendo en
parte la importancia del alimento matriz en dichas grasas. Vamos que no es lo
mismo el tocino de un cerdo obeso criado a base de pienso (cereales transgénicos)
en una granja sin apenas espacio para un ligero movimiento, que la grasa de algunos
alimentos como la grasa del cacao, el coco y la grasa láctea, a pesar de su
contenido en esos ácidos grasos “asesinos”.
Tras la presentación del consenso le siguió una ponencia
sobre el aceite de oliva, donde estaba Angel Gil, que también participa en el
consenso. Y le pregunté por qué limitar la ingesta máxima de grasa en un 40%,
si por ejemplo en una parte de la geografía mediterránea se lleva una dieta con
un mayor contenido en grasa, y además en algunos RCT como PREDIMED el grupo
donde se tomaba más grasa (42%) era el que tenía menores tasas de mortalidad y
de enfermedad cardiovascular. Y me gustó la respuesta. Me dijo que sí, que
seguramente reduciendo el contenido de hidratos de carbono de la dieta
podríamos subir un poco más ese porcentaje graso sin riesgo para la salud. Pero
bueno, digamos que esa es una opinión personal que no quedó reflejada en el
texto, así que tampoco la valoraré en gran manera.
Y bueno, luego están las batallitas entre sociedades, y las
palmaditas de unos a otros. Me explicaré. La antigua AEDN por temas internos
que no valoro desapareció, y claro al desaparecer dejo de estar en la FESNAD, y
aunque quizás esperaban ser recibidos con palmaditas en la espalda con la nueva
fundación (FEDN), pues no fue así, y hoy día la fundación española de
dietistas-nutricionistas se ha quedado fuera de la FESNAD. Y claro, eso ha
escocido a muchos (seguramente a ambas partes), y que mejor que criticar el
trabajo de los que aunque antes se formaba parte ahora se ha quedado fuera. La
crítica siempre es bienvenida y en ella suele haber puntos discrepantes que
enriquecen el debate porque sobre todo en nutrición, no hay blancos ni negros.
Pues unos compañeros a los que no voy a citar por nombre han
mostrado en el día de hoy su disconformidad por ese nuevo consenso. Literalmente
lo que decía el tuit sobre el consenso es: “Significa esto que los
nutricionistas pueden ahora permitir el consumo sin límites de todos los
alimentos ricos en grasas saturadas? No necesariamente, pero sí de algunos
hasta hace poco considerados como nocivos, tales como el queso o carnes rojas
magras”.
Tras este párrafo viene una alegación: “¿Perdón? ¿En serio
permitimos el consumo “sin límites”
de queso y carnes rojas magras? No estamos de acuerdo”.
La única fuente bibliográfica que acompaña el texto es las “muy
reputadas” recomendaciones del informe Food, Nutrition, Physical Activity and
Prevention of Cancer: a Global Perspective.
Vamos un documento de consenso rebatido por otro informe de
un comité de “expertos”.
Como a mi me gustan poco los expertos, y no me fio ni de
propios ni de ajenos, he decidido buscar en primer lugar qué dice el consenso
de la FESNAD sobre lácteos y carnes rojas magras y en segundo lugar ver qué
dice una parte de los estudios que existen en la actualidad sobre el tema,
tratando de ser objetivo.
Carnes rojas magras(FESNAD):
“Además de un efecto neutro sobre el riesgo
cardiovascular, la carne roja magra tiene escaso efecto sobre el perfil lipídico,
la presión arterial o el peso corporal. Por tanto, la evidencia actual sugiere
que, a pesar de los AGS que contiene, la carne roja no tratada consumida con moderación no es nociva para el riesgo cardiovascular o de diabetes”.
Opinión
personal: Bueno aunque podríamos discutir el efecto de la carne
roja sobre la presión arterial (en RCT disminuye considerablemente esa presión1),
lejos de vía libre a la carne magra roja, parece que se obvia un palabra clave…Moderación. Siendo poco amante de las
carnes, y menos aún de las carnes rojas, concuerdo con la recomendación de la
FESNAD. Seguramente consumir carne roja magra en moderación no perjudica al
riesgo cardiovascular o de diabetes. Luego habría que definir que es “moderación”,
que es el punto clave, pero me parece que la recomendación es prudente, y no se
merece un ataque.
Grasa
láctea.
Destaco lo
siguiente del consenso FESNAD: “Dos completas revisiones y
dos metanálisis recientes que tratan de los efectos de
la grasa láctea sobre el riesgo de enfermedades cardiovasculares y la
mortalidad por cualquier causa concluyen que no hay evidencias claras de que
el consumo de lácteos de cualquier tipo (altos o bajos en grasa, fermentados o
no fermentados, etc.) aumente el riesgo. En ambos metanálisis incluso se sugiere
que el consumo de lácteos totales tiene un discreto
efecto preventivo de la ECC y del accidente vascular cerebral. El mismo modo
que el metanálisis de Elwood et al., dos metanálisis recientes de
estudios de cohortes detectan una relación inversa entre el consumo de
cualquier tipo de productos lácteos y el riesgo de diabetes, más fuerte en el
caso del queso y el yogur”.
Con motivo de estos
estudios la FESNAD recomienda:
Con los datos
actuales no es oportuno establecer un umbral preciso de ingesta recomendada
de AGS en la población española, pero sí se recomienda reducir el consumo de
algunos alimentos que los contienen en exceso, como la mantequilla, así como
de alimentos que además de AGS, pueden contener compuestos nocivos, como
algunas carnes procesadas. Grado B.
Aún sin estar del todo de acuerdo con la
recomendación de la mantequilla (la que yo tomo ni es salada ni proviene de
animales de engorde), dudo que se esté dando vía libre a nada. Además justo en
el párrafo anterior dan a entender que sustituir grasas saturadas por mono y
poliinsaturadas podrían reducir el riesgo cardiovascular o de diabetes.
Respecto a mono, hay estudios en los que las
grasas monoinsaturadas salen peor paradas que las saturadas. Así que considero
un error generalizar metiendo a todas las saturadas en el mismo saco y hacer lo
mismo con las monoinsaturadas. Vamos que no es lo mismo sustituir un trozo de grasa
de vaca por un chorro de AOVE, que sustituir un trozo de grasa de cerdo
(monoinsaturada) por grasa de coco/cacao/láctea (saturada).
Y si hablamos de sustituir grasas saturadas
por poli-insaturadas, pues más de lo mismo, dependerá del alimento. Así que yo
conozca existen dos meta-análisis de RCT con resultados encontrados. En uno no
se encuentran diferencias en cambiar un tipo de ácido graso por el otro2
y el el otro si se encuentra mejoría. Lo de siempre, dependerá del alimento por
el cual se cambie. Si por ejemplo sustituimos leche entera por un pescado azul,
seguramente mejoraremos con el cambio, pero si sustituimos un trozo de queso
crudo de cabra por aceite de semillas refinado y utilizado para freír con casi
total seguridad nos dará mejor resultado comer el queso, a pesar de su grasa saturada.
Estudios científicos.
Sin fijarme en la bibliografía de ninguno de los dos consensos,
simplemente citaré mi estrategia de búsqueda y los resultados encontrados.
Creer que los estudios que no cito no son por sesgar, sino por no encontrarlos.
En primer lugar busqué “saturated fat cheese and health” en
google scholar desde el año 2011. Analice las dos primeras páginas.
Veamos lo encontrado.
Dietary intake of saturated fat by food source and
incident cardiovascular disease: the Multi-Ethnic Study of Atherosclerosis. No todas las grasas saturadas son iguales, y la
grasa láctea parece tener un efecto protector cardiovascular mientras que la
carne aumenta el riesgo. La sustitución de 2% de la energía procedente de los
ácidos grasos saturados de la carne por energía a partir de las grasas
saturadas de los productos lácteos se asoció con un riesgo de ECV 25% menor.
The role of reducing intakes of saturated fat in the
prevention of cardiovascular disease: where does the evidence stand in 2010?
El efecto de la dieta de un único
biomarcador no es suficiente para evaluar el riesgo de cardiopatía coronaria.
La combinación de múltiples biomarcadores y el uso de criterios de valoración
clínicos podrían ayudar a corroborar los efectos sobre las enfermedades del
corazón. Además, el efecto de los alimentos en particular en las enfermedades
del corazón no puede ser predicho únicamente por el contenido del total de los
AGS porque los ácidos grasos saturados pueden tener diferentes efectos
cardiovasculares y las principales fuentes de alimentos con AGS pueden contener
otros componentes que podrían influir en el riesgo de cardiopatía coronaria.
Cheese Consumption and Blood Lipids; a Systematic
Review and Meta-analysis of Randomized Controlled Trials.
El consumo de queso redujo significativamente el colesterol total por
-0,27 mmol / l, LDL-C por -0,21 mmol / l y HDL-C por IC -0,05 en comparación
con la mantequilla. Así el queso parece
menos hipercolesterolemiante que la mantequilla con un contenido de grasa
similar.
Effect of cheese consumption on blood lipids: a
systematic review and meta-analysisi of randomized controlled trial
En comparación con el consumo de mantequilla, la ingesta de
queso reduce el LDL-C en un 6,5%, el HDL-C
en un 3,9%, pero no tuvo ningún efecto sobre los triglicéridos. Así el consumo
de queso duro reduce el LDL-C y HDL-C en comparación con el consumo de
mantequilla. Si estos resultados se pueden atribuir al calcio, determinados
tipos de ácidos grasos saturados, o la matriz alimentaria del queso debe ser
objeto de nuevas investigaciones.
Effect of fats on
cardiovascular disease prevention in Denmark.
La sustitución de grasas saturadas por hidratos de carbono o
por grasas omega 6, puede incrementar
ECV, pero se reciría en sustitución de grasas omega 3, grasas monoinsaturadas,
o hidratos de carbono de bajo índice glucémico. A pesar de que tanto el queso
como el chocolate negro tiene un alto contenido de grasa saturada pueden
reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y diabetes.
Food Sources of Saturated Fat and the
Association With Mortality: A Meta-Analysis
El consumo elevado de leche, queso, yogur y mantequilla no se asociaron con un riesgo significativamente mayor de mortalidad en comparación con la ingesta baja. El consumo elevado de carne y la carne procesada se asociaron significativamente con un mayor riesgo de mortalidad, pero se asociaron con una disminución del riesgo en los estudios asiáticos.
El consumo elevado de leche, queso, yogur y mantequilla no se asociaron con un riesgo significativamente mayor de mortalidad en comparación con la ingesta baja. El consumo elevado de carne y la carne procesada se asociaron significativamente con un mayor riesgo de mortalidad, pero se asociaron con una disminución del riesgo en los estudios asiáticos.
Dietary Intake of Saturated Fat Is Not Associated with
Risk of Coronary Events or Mortality in Patients with Established Coronary
Artery Disease.
No hubo asociación entre la
ingesta dietética de SFA y eventos coronarios incidentes o la mortalidad en
pacientes con enfermedad coronaria previa.
Pubmed:
Estratégia de búsqueda: Cheese and health Meta-analysis
Dairy
foods and risk of stroke: a meta-analysis of
prospective cohort studies.
Lácteos, lácteos bajos en grasa, leche fermentada y queso se asociaron
significativamente con un menor riesgo de accidente cerebrovascular.
Dairy
products and the risk of type 2 diabetes: a systematic review and dose-response meta-analysis of cohort studies.
Existe una relación inversa entre la ingesta de productos
lácteos, productos lácteos bajos en grasa y queso con el riesgo de padecer
diabetes tipo 2.
Opinión personal: En cuanto a los quesos, aparte
que ya tenemos informes de sociedades antiguas libres de enfermedades
occidentales, con una salud de hierro y con base alimentaria en queso; queda
claro que no podemos decir que un mayor consumo de queso aumenta el riesgo
cardiovascular, de diabetes, derrame cerebral o mortalidad total, a pesar del
contenido en grasas saturadas del queso. Observamos todo lo contrario, un
cierto carácter protector de este alimento.
Conclusiones: Tras analizar toda esta evidencia mi posicionamiento
es bien sencillo. Apoyar a la corriente
renovadora que abre el consenso FESNAD, independientemente de que desde la
FEDN, y desde el consejo general de DN no solo no se apoye el consenso, sino
que se le atribuya unas falsas recomendaciones de vía libre y consumo sin límites
de carnes magras rojas y quesos.
Bibliografía
1. Tielemans SM et al. Intake of
total protein, plant protein and animal protein in
relation to blood pressure: a meta-analysis of observational and
intervention studies.J Hum Hypertens. 2013. 27(9): 564-71.
- Ramsden
C.R. et al. Use of dietary linoleic acid
for secondary prevention of coronary heart disease and death: evaluation
of recovered data from the Sydney Diet Heart Study and updated
meta-analysis. BMJ 2013;346:e8707
Una pregunta. Existe asociación o relación de mayor ingesta de quesos grasos con aumento de sobrepeso u obesidad? Lo digo porque a lo mejor no tiene relación directa con ECV, pero si aumenta obesidad o sobrepeso eso ya es factor de riesgo.
ResponderEliminarPues poco he visto en pubmed sobre el tema. Respecto al queso es curioso pero parece que si sustituimos la grasa naturalmente presente en la leche o con la mantequilla por la del queso nos bajará el colesterol LDL, aunque parece que ni unos ni otros parecen afectar a la enfermedad cardiovascular. http://advances.nutrition.org/content/3/3/266.full Conozco un meta de RCT sobre lácteos y se relacionan positivamente con la ganancia de peso, pero se da más en desnatados y no es demasiado. http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3795726/ Y te mando también un estudio observacional del pais vasco en el que se encuentra una relación inversa entre el consumo de quesos y la obesidad http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/24138541. Espero haberte servido de ayuda, y mil perdones por no haberte publicado el comentario tras tres meses pendiente (ha sido el primer comentario, y no tengo costumbre de mirar estas cosas). Un saludo.
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